En los últimos años la Republica de Indonesia ha asistido a un interesante proceso de democratización con el cual se ha comienza apreciar una trascendental y extendida transformación de la vida y las costumbres políticas a lo largo y ancho del archipiélago.
A partir de 1999 se han introducido reformas en el sistema político y electoral que han permitido en este año (2004) la introducción de elecciones presidenciales directas por primera vez en la historia del país, la creación de una asamblea local (DPD) y refinamientos en la elección del parlamento (DPR) (Sherlock, 2004b ; Pág. 3). 1
La presente experiencia de consolidación democrática reviste una importancia especial : con una población aproximada de 215 millones Indonesia constituye la mayor de las naciones musulmanas a lo largo del mundo ; así mismo, posee una amplia diversidad cultural en sus diferentes regiones que la convierten en una nación muy heterogenia de carácter multietnica y pluriliguistica. Por estos motivos, la actual coyuntura electoral en Indonesia ha sido calificada por la Fundación Internacional para los Sistemas electorales (IFES) como « las elecciones más complejas y desafiantes que ha enfrentado democracia alguna. » (Kappuswamy, 2004a, Pág. 2) 2
Para el caso de las elecciones parlamentarias celebradas el pasado 5 de abril las cifras hablan por si solas : 147 millones de votantes estimados ; 2 025 distritos electorales ; 448,705 candidatos ; 15 276 cargos en disputa entre legisladores nacionales, regionales y locales, 3.5 millones de personal administrativo, 900 millones de papeletas impresas, 24 partidos políticos. (Kappuswamy, 2004a, Pág. 2)
En términos generales, los cambios constitucionales introducidos en los últimos 4 años han tenido como objetivo fortalecer la soberanía popular mediante la elección directa del presidente 3 , incrementar el rol del parlamento (DPR) en el gobierno como forma de control político, y dinamizar la actividad política a nivel local.
Sin restarle importancia a los hechos políticos que se han mencionado hasta ahora, el presente ensayo pretende ir más allá del plano enunciativo y elaborar un verdadero análisis de coyuntura, en el cual se abordarán brevemente dos puntos substanciales : en primer lugar, algunos elementos del proceso de modernización de la cultura política en Indonesia que subyace a los cambios en el sistema político ; y en segundo lugar el contexto internacional y su capacidad para afectar las correlación de fuerzas en la política domestica.
Mediante el desarrollo de estos dos puntos se mostrará la forma en que la actual reforma del sistema político y electoral constituye un paso importante dentro de un proceso de larga duración, donde las fuerzas políticas en Indonesia se reacomodan en el marco de la democracia de partidos.
Desde esta perspectiva, el fortalecimiento de la democracia depende en mayor medida de cambios culturales tales como cuestiones etno-raciales, religiosas, y de culturas clientelistas, etc. Puesto que una democracia madura no depende simplemente de las elecciones, el parlamento y los partidos políticos, una sociedad fuerte y sana necesita compromiso social, tolerancia, respecto de la diversidad y el cumplimiento real de las reglas constitucionales.
Elementos para la comprensión de la cultura política en Indonesia
El proceso de modernización política que manifiesta la democratización en Indonesia ha conllevado a una serie de debates políticos en torno a los cuales se viene definiendo la identidad y cultura política de la población así como las respuestas del sistema político.
En este sentido, el desarrollo de la cultura política en indonesia depende del correcto manejo frente a asuntos históricos tales como la autonomía regional, los conflictos étnicos y los movimientos separatistas ; el papel de los militares en la actividad política, la desarticulación de las redes de corrupción y clientelismo político, entre otras.
El año de 1998 marcó la caída del régimen autoritario de Suharto (« el nuevo orden »), quien mediante restricciones democráticas y la manipulación del sistema político se mantuvo en el poder durante 32 años. Las manifestaciones estudiantiles que durante el mes de mayo se extendieron por todo el país, constituyeron la hegemonía del importante proceso de transformación de la conciencia social indonesa. El punto de inflexión fue la presión domestica e internacional ante la violenta represión de las protestas y el asesinato de cuatro estudiantes de la Universidad de Trisakti (mayo 12) y la toma del parlamento el 18 de mayo que conclusión con la dimisión de Suharto tres días después. (Nusa Bhakti, 2003 ; Pág. 8)
Las presiones sociales y estudiantiles se centraron en demandas para la creación de una nueva constitución democrática, reforma al sistema judicial y fin de la corrupción, conspiración y nepotismo « KKN » y de la intromisión de las fuerzas armadas (TNI) en la política. (Nusa Bhakti, 2003 ; Pág. 8)
Posterior a este impulso transformador, se supone que debe darse una fase de consolidación de la democracia, donde los valores democráticos son asimilados y diseminados en la sociedad, los cual todavía no se ha manifestado claramente para el caso de Indonesia. con lo anterior se demuestra que los cambios en la cultura política para este país no son el producto de una coyuntura sino un proceso de largo aliento.
La falta de arraigo de los valores democráticos en el periodo posterior al « Nuevo Orden » de Suharto, se ha hecho manifiesto a través de la falta de ética en la administración de lo público 4 y de las luchas políticas por el poder regional y nacional, que han propiciado un clima de inestabilidad ostensible con cuatro presidentes distintos en los últimos 6 años.
Un efecto positivo del actual proceso de consolidación democrática en Indonesia es la paulatina la reactivación de los musulmanes como fuerza política de la nación, lo cual no ha implicado necesariamente un sometimiento de la política a la moral religiosa, sino la realización de un importante elemento identitario como soporte de temas significativos de la agenda política del Archipiélago. De igual forma, los partidos políticos islámicos y surgen como una gama de opciones para hacer frente a los partidos tradicionales seculares nacionalistas como Golkar y PDI-P.
Los partidos políticos islámicos en Indonesia pueden ser reunidos en dos grupos : los islámicos tradicionalistas cuya filiación se da en la ortodoxia ; y los modernistas Islámicos que son acogidos por la clase media profesional urbana. (Sherlock, 2004b ; Pág. 22). Esta diferenciación constituye una muestra de un intento primigenio por diversificar sus plataformas ideológicas que se da al interior de los partidos musulmanes.
En las elecciones parlamentarias del 2004 los partidos Islámicos obtuvieron el 42 % de los escaños (231 de 550). La fuerza política de los Musulmanes se manifestó también para caso de las elecciones presidenciales cuando todos los partidos políticos buscaron alianzas con figuras políticas de las principales organizaciones Musulmanas con el fin de garantizar el vasto apoyo electoral de sus miembros, cuyas dos mayores organizaciones, Nahdlatul Ulama y Muhammadiyah, cuentan entre las dos con más de 70 millones de seguidores. (Kappuswamy, 2004a ; Pág. 4)
Regiones en crisis : conflicto étnico y movimientos separatistas
El proceso de modernización de la cultura política en Indonesia ha abierto la puerta al trascendental debate en torno a la autonomía regional, el cual ha estado enmarcado por los conflictos étnicos y los movimientos separatistas.
Múltiples regiones se han visto afectadas por este fenómeno que constituye una de las principales pruebas para la consolidación democrática del país : Malukas/Ambon en esta región se han producido violentos enfrentamientos entre Musulmanes y Cristianos.
Papua quejas de la población sobre excesos de las fuerzas armadas han devenido en demandas formales de independencia desde el año 2000. El gobierno ha ofrecido a cambio autonomía limitada a la vez que ha mantenido una importante presencia militar con miras a controlar el movimiento.
Aceh -Durante la era de Suharto, como resultado de una distribución desigual de los recursos de la explotación de los yacimientos de gas de la isla de Sumatra, se crea en 1976 el Movimiento Acheh libre Gerakan Aceh Meredeka (GAM) con quien se inició un fallido proceso de paz en el año 2000, el rompimiento de los diálogos durante el actual gobierno de Megawatti generó el amparo de la ley en la región, así como una fuerte ofensiva militar de las Fuerzas Armadas a partir de mayo de 2003.
El Papel histórico de las Fuerzas Militares (TNI)
La historia política de Indonesia ha estado marcada por la constante participación de las fuerzas armadas, esto como apropiación del concepto de dwi fungsi (función dual) que se empleó durante el gobierno de Suharto, donde se le otorga a las fuerzas armadas un rol en el mantenimiento de la seguridad a la vez que en el establecimiento de la unidad nacional. Las actuales reformas políticas han buscado reducir esta interferencia de lo militar en la política al constreñir los cupos parlamentarios tradicionalmente otorgados a los lideres de la milicia. (Dalphino, 2002 ; Pág. 8)
Sin embargo, los pobres resultados que han tenido los sucesivos gobiernos civiles de los últimos años, en temas como la seguridad, el desarrollo económico y la generación de empleo, han generado en la población un sentimiento de insatisfacción y inestabilidad política que constituyen un grave inconveniente para la consolidación de la democracia en Indonesia. De la misma forma, la grave situación de seguridad y conflicto étnico regional, han puesto de nuevo sobre el tapete el papel de las fuerzas militares en la política y le han devuelto protagonismo en contra de las reformas proclamadas en el sistema político.
Toda esta problemática se ha visto reflejada en el campo electoral, Susilo Bambang Yudhoyono (General en retiro y anterior ministro de seguridad), obtuvo el primer puesto en la elecciones de julio 5 y llega a la segunda vuelta (septiembre 20) con grandes posibilidades de acceder a la primera magistratura de Indonesia.
En conclusión los Soldados Nacionales de Indonesia (TNI) han perdido su poder y participación en el plano constitucional , pero continuaran ejerciendo influencia real en la nación hasta que la democracia esté acompañada de una mejoría en la situación de seguridad.
Un cambio de enfoque en el contexto internacional : de la promoción de la democracia a la guerra contra el terrorismo
Desde el fin de la guerra fría, la nueva agenda internacional dirigida por los Estados Unidos, ha venido promoviendo elementos como la democracia y los Derechos Humanos, el reconocimiento de la diversidad étnica, y que han tenido una inferencia positiva en la transformación de las costumbres políticas en la Republica de Indonesia, sin embargo, a partir de los atentados terroristas del 11 de septiembre en los Estados Unidos, la lucha contra el terrorismo se erige con más fuerza como un tema fundamental de la agenda internacional. Este entorno internacional ha tenido consecuencias en la consolidación democrática indonesa al presentarse un clima de baja tolerancia y medidas policivas que afectan algunas organizaciones Musulmanas del país. (Nusa Bhakti, 2002)
La bomba que estalló en octubre de 2002 en una discoteca de Bali, genera una radicalización de estas tendencias que se materializa a través de la proclamación de la nueva ley contra el terrorismo que limita las libertades democráticas obtenidas mediante las reformas constitucionales y se le otorga de nuevo un papel preponderante a las Fuerzas Armadas (TNI) como organismos de control social y político.
Los dos sospechosos de las explosiones de Bali han sido asociados con la agrupación Jemaah Islamia (JI) a quien se le atribuyen nexos no solo con Al-Qaeda sino también con lideres religiosos y alumnos de algunas escuelas radicales musulmanas, con lo cual se han polarizado las posiciones al interior del país. (Kappuswamy, 2003, Pág. 3)
Cambio de posición de Estados Unidos, que pasó de ser el « exponente de la lucha por la democracia » a ser la punta de lanza de la « guerra contra el terrorismo » ha generado reacciones en ciertos sectores del pueblo de Indonesia que interpretan las acciones de EEUU y sus aliados, tales como la invasión a Irak y el señalamiento de lideres religiosos, como una declaración abierta de guerra contra el Islam, con lo cual muchos Musulmanes moderados al girado su discurso hacia los extremos. (Dalphino, 2002, Pág. 11)
Toda esta coyuntura internacional, contrasta con los esfuerzos que se han llevado a cabo en los últimos años por armonizar el Islam con la democracia moderna y por fomentar el respeto por la diversidad religiosa y cultural mediante políticas abiertas e inclusivas de los diferentes estamentos del pueblo de Indonesia.
Notas finales
Si se parte del hecho que ninguna sociedad se propone objetivos para los cuales no están dadas las condiciones materiales (Gramsci, 1969 ; 103), el proceso de democratización en Indonesia y las consecuentes reformas en el sistema político y electoral, han obedecido al creciente grado de madurez política que ha adquirido el archipiélago después de estar sometido varias décadas a la limitación de las libertades políticas y sociales bajo la sombra de un régimen presidencialista autoritario.
Como se pudo apreciar a lo largo del ensayo, en la actualidad existen fuerzas encontradas que pretenden conducir la cultura política hacia LA consolidación democrática o hacia el retorno de las prácticas autoritarias. Sin embargo, el año 2004, con sus elecciones presidenciales y parlamentarias será recordado en la historia de este país, por sus grandes avances en el asentamiento social de una cultura democrática, como una serie de valores compartidos, plasmados en el desarrollo de las instituciones.
En efecto, tanto las elecciones parlamentarias como las presidenciales contaron con una alta participación popular (84 %), transcurrieron sin manifestaciones violentas, ni manipulaciones políticas. Con lo cual se muestra al mundo la compatibilidad el Islam y la cultura democrática.
Como es de esperarse, la transformación del sistema político en Indonesia no es un producto culminado sino un proceso de largo alcance que se encuentra dando unos primeros pasos, finalmente, con miras a consolidar este camino es necesario buscar la solución de los problemas regionales a través de la apertura del sistema político y el respecto de las identidades étnicas.
Bibliografía
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FEITH, Herbert, The Decline of Constitutional Democracy in Indonesia, Ithaca and London, Cornell University Press, 1973
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KUPPUSWAMY, C. S., Jemaah islamiah : The Indonesia based terrorist organization, SAAG 2003
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KUPPUSWAMY, C. S., Indonesia: The fledgling democracy, SAAG 2004
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LIDDLE R.William, Crafting Indonesian Democracy, Bandung: Mizan, PPW-LIPI and the Ford Foundation, 2001
SHERLOCK, Stephen, The 2004 Indonesian Elections : How the System Works and What the Parties. Stand For, Centre for Democratic Institutions, Canberra, 2004. www.cdi.edu.au
SHERLOCK, Stephen, Consolidation and Change : The Indonesian Parliament after the 2004 Elections, Centre for Democratic Institutions, Canberra, 2004. www.cdi.edu.au
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Se presenta además un mayor nivel de descentralización política con la creación del DPR regional y con la elección de 128 miembros de la asamblea local DPD en los 32 distritos electorales ↩
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« most complex and challenging elections to have faced any democracy » ↩
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de esta formase eliminan el excesivo poder que tenia el consejo MPR quien anteriomente designaba el presidente. ↩
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Instituciones especializadas han declarado a Indonesia por tercer año consecutivo como el país más corrupto de Asia. (Kappuswamy, 2004c ; Pág. 5) ↩